VIVIR DE MANERA CONCIENTE
El hambre emocional es un concepto reconocido como la sensación de hambre que se presenta en un momento determinado, sin un origen físico. Para que no tengas hambre “falso” evita alimentos que contengan glutamato monosódico. Está comprobado y cada vez es más extendido el hecho de que las emociones influyen en la alimentación de las personas, ya que no solo se alimentan de comida sino también de afecto, seguridad en ellas mismas, calma y tranquilidad. Cuando te sientes lleno emocionalmente estaras en equilibrio alma-mente-cuerpo y dejaras de comer en exceso o de una forma poco saludable que responde solo a antojos, ansiedad, tristeza o insatisfacción. El estilo de vida, trabajo, ritmo vertiginoso y disconexión en los que se vive actualmente han hecho a las personas ajenas a su propio alma, mente y cuerpo, las personas dejan de escuchar sus reales necesidades y pierden la capacidad para reconocer el mensaje que su cuerpo quiere darles. El hambre emocional es, entonces, un signo de insatisfacción. Por ello es importante aprender a entender la relación entre las emociones y lo que se come, es decir de donde proviene el antojo que se experimenta, si es solo aburrimiento, infelicidad, ansiedad o la forma de enmascarar lo que se siente. Cuando se da este tipo de situaciones en la vida de las personas la recomendación sería: no dar rienda suelta a ese antojo inmediatamente sino pararse un momento, tomar consciencia e intentar diferenciar entre el hambre real y el hambre emocional. A continuación te facilitamos tres diferencias que ta ayudarán a lograrlo:
-El hambre real se presenta de forma paulatina, va aumentando poco a poco y no necesita satisfacerse inmediatamente; el hambre emocional, por su parte, se da súbitamente como una necesidad imperiosa por ingerir alimento que se debe satisfacer de inmediato de manera impulsiva.
-El hambre real es el cuerpo pidiendo alimento físico, que puede ser diverso y mientras más variado mejor, y se satisface con una cantidad normal; mientras tanto, el hambre emocional te pide un tipo específico de comida, es decir que se trata de un antojo que no puedes dejar de comer aunque ya te sientas lleno.
-Generalmente cuando tienes hambre y comes te sientes feliz, satisfecho, completo, lleno de energía y listo para seguir con tus actividades, mientras que cuando has respondido a un antojo o al hambre emocional comes demasiado de un alimento que en la mayoría de los casos sabes que no te hace bien, así que te sientes mal.